martes, junio 03, 2008

Se me corre una teja

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¿Y qué?

¿A quién no?...

Mal. Sin creatividad. Seco.

¿Saben qué es lo más terrible?

Es tener continencia de inspiración. Es malo guardarse este cúmulo de cosas, pues al final cuesta sacar todo eso.

No se trata de no tener qué, sino de atreverse a dar el paso, de volver a ese suicida círculo vicioso de plasmar la confusión. Y como toda creación, al plasmarla, cobra vida, se toma tu vida y se vuelve en una obsesión dantesca.

Y por todas partes, hasta en los recovecos más inverosímiles, se aparecen como alma en pena los versos escritos. Y pesan en la conciencia, no en el acto en sí, sino que toda la carga emocional que conlleva.

Odio tener que decir algo, pues me he vuelto paranoicamente cauteloso. Y me cens*ro, por un carajo. No quiero de vuelta el ímpetu del viajero, la larga caminata y ver las puertas cerradas. Y volver con el rabo entre las piernas y las letras a la espalda, masticando los restos de una forzada esperanza y escupiendo el poco orgullo que queda.

Así que me niego, realmente me niego a volver a alzar las letras por las causas que antaño me convocaban. Aunque Erato me taladre el oído con sus inspiradores dedos, no voy a sucumbir.

Quiero sucumbir, quiero caer y dejarme llevar por el canto de sirenas, alzar mis versos en la soledad del desierto, llamar uno a uno a mis ejércitos y emprender una cruzada de tinta.

Pero no, mejor me quedo aquí abrigadito y abandonado. Antes que crear una nueva constelación en este universo, hacer de un planeta el centro y descubrir que al final los dioses han muerto.

Y simplemente me niego. Hasta que mi estrella me guíe por senderos seguros. O hasta que un nuevo brío alimente mi cuerpo.

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Se me corre una teja by Samuel Alejandro Olivares Cortés is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 2.0 Chile License.

3 Response to Se me corre una teja

6/06/2008 12:55 p. m.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
6/06/2008 12:57 p. m.

¿Se le corre una teja? me hizo gracia la expresión, luego recordé que algún día me sentí igual, pero es interesante perderse en ese limbo de locura, aunque no lleve a ningún lado, aunque la puerta cerrada siga allí. La inspiración llega, a veces, de modos misteriosos. La próxima vez que intente escribir algo, ponga atención a la sombra que hace el lápiz y su mano contra el papel, se sorprenderá al ver que no siempre sigue a su mano, a eso se le llama "inspiración alucinada", es un recurso útil en las noches de soledad. Mis saludos. (un poco largo porque no sirvo para telegramas).

6/26/2008 8:42 p. m.

a mi también... pero a esta altura de los acontecimientos, da lo mismo... gracias al arranque de las cabras pal monte harto he logrado y supongo que tu igual.

hay q vomitar en ocasiones, antes de escribir, es la mejor inspiración... al menos para mi...

Ves q toy loca... y qué

Cordialmente
Un puente con varios palos menos