martes, agosto 17, 2010

No mucho

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Nuevo nombre, nuevos aires, no sé.

Puede que hayan más cosas nuevas, pero conservando el estilo antiguo, que dejó gusto a poco y poco se le pudo hacer lucir.

Se ve bonito, pero lo que más valen son las palabras.

Palabras de alto valor, palabrería barata, pero palabras al fin.

El verdadero sentido de las palabras reside en la posibilidad de abstracción. El mundo lo vemos así, simple y crudamente, cuál espectáculo hardcore dónde el gore y el absurdo se mezclan para hacer una amalgama simpática que solemos llamar vida.

¿Que sería la vida sin palabras?

Haciendo el ejercicio, si sólo existiera la posibilidad de comunicarlo todo por telepatía e imágenes.

¿Podríamos comunicar fielmente un mundo imaginado?

Sin la distorsión del pensamiento, los lapsus y la falta de creatividad.

Sería práctico, pero perdería la magia. Simplemente no podríamos dejar la inmensidad que existe en el entre líneas. Todo sería tan simple.

Benditas palabras, independiente de los enredos que de ellas puedan surgir, me quedo con la magia que se puede otorgar.

O al menos, hasta que las musas manden.

¡Cambio y fuera!